jueves, 23 de julio de 2009

El columpio

Se puso a pensar en la felicidad que había perdido, en el bienestar que tanto añoraba, en la tranquilidad que necesitaba.
Se puso a buscar la felicidad que tanto añoraba, el bienestar que necesitaba, la tranquilidad que había perdido.

Día tras día, hora tras hora. Obsesión.

Y balanceándose en el sencillo columpio de sus ilusiones, comprendió que por mucho que pensara nada de ello encontraría, que por más que había buscado, nada de eso había encontrado.
Y arriba y abajo una vez y otra vez, se dijo a sí misma:

Aquí estoy yo sola. Sólo oigo los sonidos que quiero oír, sólo tengo sensaciones que adoro sentir. ¿Será esto la felicidad? ¿Será esto mi felicidad?.
O estoy en lo cierto, o estoy soñando.
Estoy soñando, pero estoy feliz.

2 comentarios:

  1. Pues sigue soñando María, es un lujo tener un lugar lleno de sueños y un columpio dónde algún día puede que se hagan realidad.
    Me encanta leerte, me llegan tus ausencias, me emocionan y pienso que siempre hay un modo de seguir adelante. Aunque nos inunden las lágrimas o las risas hay un espacio para todos los recuerdos que nos hace sentir bien.
    Besos, nunca dejes espacios en blanco.

    ResponderEliminar
  2. Me encanta lo que me dices Montse, mil gracias. Me animan tus palabras.
    Me alegra muchísimo que te guste leerme y que te llegue lo que intento transmitir.
    Tienes tanta razón; pienso en mi espacio, y me siento bien.
    Un beso grande, y gracias de nuevo.

    ResponderEliminar